Venezolano reconocido como "El mas joven del mundo en crear una fundación"



En enero de 2010 el diario norteamericano New York Times escribió entre sus páginas el nombre del venezolano Luis Carlos Sáenz, luego de descubrir, tras varias investigaciones, que  era la persona más joven del mundo en crear una fundación. Sin embargo, hasta ahora fue que  se le dio mayor proyección a ese hecho.


Su historia de vida y gran interés altruista es digna de ejemplo. 
Un luchador incansable que a pesar de haber vivido parte de su infancia en una plaza de  Guanare, hoy ha alcanzado sus sueños y continúa haciendo planes, más que para él, a favor de los demás.


¿Por qué ese importante medio te nombra como el presidente más joven en el mundo?


Eso fue en 2010, pero la fundación inició su camino en 2008.


Yo tenía 18 años y fui a diferentes medios de comunicación en Caracas y eso comenzó a regarse hasta llegar a Argentina, entre otros países, llegando así a la redacción del New York Times. Ahí se ocuparon de investigar en profundidad y descubrieron que yo era el presidente más joven del mundo en crear una fundación.


Nosotros comenzamos ayudando a los niños, básicamente.
Luego se hizo un calendario con artistas y personajes reconocidos en el país y fue eso el primer paso para dar a conocer la fundación.


A partir de ahí creo que fue que el NYT se interesó en mí. De hecho, estuvieron varios meses en conversaciones conmigo e investigando por otros lados, hasta que llegaron a esa conclusión.


¿Cómo dieron contigo?


Yo soy amigo de Dayana Mendoza, la ex Miss Universo.
Entonces ella, cuando estaba de gira en 2008, dijo en una oportunidad que admiraba al presidente de una fundación en su país porque era un chamito, que era un joven de 18 años que le gustaba ayudar a los niños, y ella es quien realmente me ayudó a llegar a Estados Unidos. A ella la entrevistaron en el NYT y ese fue el puente para que se diera luego la información.


¿Qué te preguntó el NYT?


Ellos me preguntaron por qué había ayudado a los niños y por qué esa decisión. Entonces yo les  conté mi historia. Que yo era un niño de la calle, que viví así hasta los 5 años de edad y eso  fue lo que les interesó más para comenzar a hacer el estudio.




¿Por qué después de ese tiempo es que se sabe de esta noticia?


No, en 2010 sí se difundió. Lo que pasa es que no muchos periodistas lo captaron.
Ahorita es Dayana quien me está ayudando con la promoción como para que los periodistas venezolanos sepan que el presidente más joven del mundo es de este país. Pero en esa oportunidad, de la nota de prensa que ella envió, sólo tres o cuatro medios web nacionales lo publicaron.
Es como que falta que los mismos venezolanos apoyen más a los venezolanos. Es más, tú eres la primera llamada que estoy recibiendo después de enviarles la información nuevamente.


¿Por qué crees que ha sido así?


Yo siempre he dicho que creo que es por falta de yo mismo visitar los medios y tocar puertas, porque yo quería era como que se diera a conocer la información sin promocionarme.




¿Cuéntame sobre tu fundación?


La Fundación Abrígame comenzó en 2008 por mi propia historia. Nosotros ayudamos a niños de escasos recursos, en situación de calle o en total pobreza.


Desde ese momento, hasta ahora lo que hemos logrado como sede, es un comedor popular donde se atienden más de 250 niños que diariamente reciben comida. También gracias al gobierno de Falcón que me permitió crearlo al lado del comedor popular Josefa Camejo.


Ellos nos hicieron como un anexo donde tenemos mesas y sillas pequeñas.


Según nuestra acta constitutiva abarcamos edades de 0 a 5 años, pero cuando llegamos a un sector popular tenemos que extenderlo hasta los 8 o 9 años de edad. A ellos les llevamos juguetes, ropa, además de tener otras formas de ayudar, como por ejemplo el “Padrino por un día”, donde funcionamos como un puente para buscar un padrino, que puede ser cualquier  persona que quiera ayudar. Hacemos un censo, entre 25 a 30 niños, y las personas les regalan  un juguete o ropa. Es decir, les damos los datos del niño y la persona se encarga de comprarle la ropa, el calzado y un juguete.
Siempre hacemos el evento en Falcón, así si la persona tiene la oportunidad de acercarse hasta allá se lo puede entregar personalmente. Si no, a través del servicio de MRW que nos ayuda  con el envío gratuito.


¿Por qué tienes la sede allá?


La sede se da en Falcón porque yo estaba estudiando medicina veterinaria. Yo soy de Acarigua, estado Portuguesa. A los 15 años entré a la Universidad Francisco de Miranda (Unefm), ahí comencé a estudiar y me llamó la atención crear una fundación y se dio allí.


¿De dónde surgió la idea de crearla?


Mi mamá adoptiva fue quien me enseñó que debemos ser solidarios. Me adoptó una familia italiana, donde mi tío también era adoptado y crecí viendo eso, esa solidaridad con los demás. A los 16 años tenía ganas de involucrarme en eso y fui voluntario de varias fundaciones hasta que a los 18 años cree la mía.
Para empezar fue bien difícil. En el acta constitutiva debían ir las firmas de varios abogados y
muchos de ellos en Coro me dijeron que no. Porque me veían muy chamito. Me decían que
perdía el tiempo y que mejor estudiara.
Hasta que una de mis profesoras, que además era abogada, fue quien me ayudó a dar el primer paso.
La primera donación Luis Carlos cuenta que dar su primera donación fue un problema,  porque no creían que alguien tan joven hiciera algo así. De hecho, afirma que comenzaron a creer en él después de un año, luego de que sus compañeros de clase lo apoyaran desde el principio y el periódico de Falcón que también lo ayudó a darle seriedad al asunto.


“Cuando tú quieres hacer algo distinto siendo tan joven, no te lo ven muy bien. Así que me  tocó muy difícil, pero llegó”.




Su historia…


Mi historia fue la que me motivó a no dejar este proyecto. Yo viví hasta los 5 años de edad en la Plaza Bolívar de Guanare. Muchas personas se quejaban de que habían 3 niños viviendo allí todo el día, hasta que le llegaron a mi mamá diciéndole que tenía que sacarnos de ahí.  Entonces mi mamá me agarró junto a mis dos hermanitas mayores y nos llevó a una casa hogar. Allí, por ser varón, me separaron de mis hermanas y desde ese día no las vi más.
Ni a mi mamá ni a mis hermanas, y no recuerdo sus nombres. Lo que recuerdo de esos días era que yo era como el juguete de mis hermanas. Tenía un alto grado de desnutrición y a los 5 años no hablaba. Cuando mi mamá me adopta, ya en una casa, yo no dormía en el colchón sino debajo de la cama, porque en la plaza dormía debajo de un banco. Tuve que ir a  psicólogos para aprender a hablar y eliminar los miedos, entre muchas otras cosas.


Siempre supe que era adoptado. Yo le preguntaba a mi mamá si había estado en su barriga y ella me decía “no, tú siempre estuviste en mi mente y mi corazón” y así crecí, sin ningún tipo de resentimiento. Ni con mi mamá adoptiva, ni con mi mamá biológica. Porque yo no sé los procesos o cosas que tuvo que pasar para haberme dejado.


Creo que dejarme en una casa hogar fue lo más inteligente, porque no crecí en la calle y eso se
lo agradezco mucho, porque tuve la dicha de tener un hogar, una familia, una segunda  oportunidad.


Hoy, Luis Carlos vive en total independencia en Caracas, ciudad a la que llegó en busca de otra meta personal, trabajar como actor. Profesión en la que se ha desempeñado en varias  oportunidades y en la que ha conseguido gran respaldo y amistades.


La fundación Abrígame también tiene sede en la ciudad capital y próximamente abrirá otra  en Acarigua, luego de que se diera a conocer que esa tierra fue la que vio nacer a Luis Carlos, quien sigue teniendo sueños y metas que alcanzar, como la de pronto poder construir una escuela de la fundación. Sabemos que para él no será imposible.






[17/06/2012]
Revista del Domingo (Notitarde)
(Ver publicación Notitarde)

1 comentario:

  1. MUCHAS FELICITACIONES A ESTE MUCHACHO, DIGNO DE ADMIRACION. DIOS TE BENDIGA Y TE ORIENTE SIEMPRE POR EL BUEN CAMINO Y MAS PRONTO DE LO QUE IMAGINAS LLEGARAN TODAS TUS BENDICIONES EN CRISTO REY. YA CONSEGUISTE TU MISION DEL CIELO, AHORA SIGUELA CON EL CORAZON. DIOS TE BENDIGA MUCHACO.

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